sábado, 6 de agosto de 2011

Palabras del autor

Hace mas de seis años, me propuse compartir con el publico mi visión acerca de la historia argentina en los años forjados de nuestra nacionalidad. Poco a poco, a medida que redactaba y le daba forma al texto de la presente obra, la misma iba conformándose paulatinamente, sin proponermelo, como una recreación nítida y vivaz de la época. Esa experiencia intima me hizo sentir que viajaba a través del tiempo para completar espiritualmente, pero yo mismo en persona, los acontecimientos y personajes de entonces.
   De ese modo, me fue posible descubrir la olvidada figura de Manuel Dorrego, que se me apareció en todo su esplendor y en su justa dimensión histórica. Este hombre extraordinario, no fue un patriota mas entre tantos otros que tubo nuestro país. Sus hazañas están a la misa altura que las de San Martín, Belgrano y Güemes. Como asimismo, su legado es complementario de lo realizado por los proceres mencionados. Militar intrépido y temerario, estudiante aventajado, individuo inteligente y de ideas políticas claras, bromista incorregible, transgresor empedernido y, por sobre todo, patriota y hombre de acción. Fue protagonista de acontecimiento cruciales para el destino de la emansipacion hispanoamericana y Argentina. En 1810 no estaba en Buenos Aires. Se hallaba estudiando en Chile y alli colaboro con los proceres del hermano pías trasandino.
Luego regreso para incorporarse en nuestro ejercito y en 1812, a las ordenes del general Manuel Belgrano, tuvo actuación decisiva en las batallas de Tucuman y Salta. Estas victorias consolidaron definitivamente la independencia Argentina.
   Este libro fue publicado por primera vez en el año 2007. Desde esa fecha hasta el presente, he reflexionado mucho acerca de lo escrito y he tenido acceso a material blibliografico que ha enriquecido mis conocimientos sobre este procer. El actual texto, corregido  y ampliado, parte del episodio mas conocido de la vida de Manuel Dorrego, su fusilamiento el 13 de diciembre de 1828 en la ciudad bonaerense de Navarro, para luego narrar lo ocurrido desde su nacimiento en 1787 hasta su salida del ejercito auxiliar del Perú en 1814
   Una pregunta obvia es plantearnos ¿Por que lo hizo fusilar Juan Lavalle? La mas sucinta respuesta que puede hacerse es que Dorrego es muy popular y influyente, y por ello, sus enemigos consideraron que para liberarse de el era necesario apagar su vida. Sin embargo, su desaparición física no solamente no evito, sino que inflamo el desarrollo de una sangrienta lucha intestina entre unitarios y federales que incendio el territorio del rio de la plata durante décadas.
   En las siguientes paginas cumplo la tarea que me ha tocado en suerte: rescatar de entre las cenizas del olvido a la  admirable figura histórica de Manuel Dorrego, joven temistocles, padre de los pobres y tribuno de multitud.

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